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El gran reto de la Sociedad Digital
Cuando atraviesas la puerta del Ayuntamiento de Pune (Maharastra - India) sientes que realmente estás en otro mundo. Es una experiencia única: aquel ayuntamiento es el espejo de la realidad. La muchedumbre de las calles aledañas tiene su continuidad en la casa consistorial.
Si has cruzado la puerta para formar parte del equipo de estrategia Smart City de la ciudad, el contraste todavía es mayor. Pasillos repletos de muebles ajetreados por el tiempo, funcionarios mezclados con todo tipo de personas, papeles… y en el fondo una pequeña puerta digna de anticuario con el rótulo “Smart City Pune”.
Pune es una gran ciudad (alrededor de 4 millones almas) y refleja la contraposición del mundo actual: el pasado en contacto con la digitalización. Un contraste que valoro en positivo, ya que el salto cuántico que Pune está realizando en búsqueda de un futuro mejor, supera la evolución tecnológica más racional. Una transformación que calificaría como la mayor disrupción posible.
Mi experiencia durante aquella excepcional semana ha marcado desde entonces mi opinión sobre las tecnologías de las comunicaciones y la información, su aplicación y el denominado efecto Smart. La inteligencia aplicada a la toma de decisiones no debiera ser una excepcionalidad, al contrario, debería ser el fruto racional de nuestro pensamiento y evolución. No siempre ha sido así: seguramente la individualidad humana y el recelo -a veces colectivo- nos ha impedido evaluar objetivamente y de forma inteligente nuestro entorno.
La sociedad digital que estamos forjando sobre los pilares de las redes de comunicaciones inteligentes (por ejemplo 5G), la recopilación de datos de todo tipo (esenciales y de contexto -Big Data-), el desarrollo de sistemas de automatización capaces de retroalimentarse (robótica y machine learning), el impulso de la comprensión de nuestro cerebro y sus procesos y su mimetización tecnológica (inteligencia artificial), así como el desarrollo de nuevos sistemas de securización y control (sistemas distribuidos de garantía, blockchain, moneda virtual, etc.) sólo acaba de nacer. Eclosionará definitivamente con el impulso de la computación cuántica y las inmensas posibilidades que nos ofrecerá un entorno de una dimensión que todavía no podemos valorar.
Cuando recuerdo las calles y el ayuntamiento de Pune, luchando decididamente por mejorar los servicios, casi inexistentes, de la ciudad y a la vez dotarlos de la etiqueta Smart, decididamente pienso que estamos en un momento clave de la historia de la humanidad. Un momento clave que no tiene vuelta atrás y que sólo será posible vivirlo de forma ordenada si conseguimos mirar el momento desde un nuevo punto de vista. Hay demasiadas cosas en juego en estos momentos: la capacidad tecnológica de la humanidad ha crecido hasta tal punto que se van a poner en tela de juicio verdades que hasta ahora parecían inamovibles.
Los retos de sostenibilidad de todo tipo que plantea el avance tecnológico deberían ser el primer objetivo a cumplir para que el salto estuviera correctamente calculado. La mirada hacia esta nueva sociedad que nos empieza a envolver, debe ser esperanzadora, pero basada en nuevos paradigmas, en nuevas verdades.
Hace dos años de mi experiencia en Pune y sigo cada día su evolución. Persiste en su idea de hacer de la tecnología un instrumento eficaz para mejorar la ciudad y dotarla de todo aquello de lo que carece, pero sobre todo de hacer un uso sostenible y equilibrado de la misma para poder seguir saltando hacia un futuro que ya es presente.
La sociedad digital es un espacio interdisciplinar, que cubre transversalmente todas las facetas de nuestra vida, y que, por lo tanto, no puede ser comprendida desde la individualidad o desde la perspectiva plana de una posición social o de una determinada visión gremial. La sociedad digital precisa de una nueva mirada colectiva: una mirada responsable y consciente de la herramienta que tiene en sus manos. Este es nuestro gran reto a corto plazo.
Eduard Martín LinerosCIO & 5G Programme Director , Mobile World Capital BarcelonaDecano del Ilustre Colegio de Ingeniería Informática de Cataluña